miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama: el salvador (¿seguros?)

La victoria de Barack Obama deja tranquilos a muchos, pero unos pocos no comparten el sentimiento. Hay que reconocer que es un gran cambio para el mundo entero. Un presidente que deja su sello en la historia, pero lamentablemente, hasta ahora, se trata basicamente de un color de piel. Que bueno sería poder decir que genera un cambio en el ámbito político debido a ser realmente honesto con su pueblo, a resolver conflictos con la mano derecha, sin detalles ocultos y evitando esos pesos de más en los bolsillos de algunos políticos.
Algunos pueden pensar que decir que el Mundo tiene nuevo presidente, es una exageración. Son esos quienes tendrían que replantearse en donde viven y que manos son las que controlan los títeres en el resto del mundo. Por estos días se escuchan muchas opiniones afirmando que esto marca el quiebre, que el “negro” va a superar la crisis económica más grande en los últimos años y que la interminable guerra con Irak llegará a su fin. Tiene gusto a mentira. Pero soñar es gratis.
Gracias a las encuestas realizadas en Estados Unidos, se pudo saber que los jóvenes eran los más entusiasmados a la hora de votar al negro demócrata. Será porque todavía mantienen sus ideales vivos, y necesitan un cambio para sentir la esperanza de que “algo puede cambiar”. Pero hasta Enero del próximo año, hay que tomarlas sólo como utopías sociales.
“Estados Unidos es el país donde todo es posible”, dijo Obama luego de que se diera a conocer que había ganado las lecciones. Una frase en la que se pueden encontrar varios significados, pero queda a criterio de cada uno.
Como era de esperarse, nuestra flamante Presidenta felicitó al demócrata por medio de una carta algo extensa. “El ciclo que se abre hoy en su país es, antes que nada, un gran hito en una de las epopeyas más apasionantes de la historia, la lucha contra la discriminación y por la igualdad de oportunidades”, comentó en dicho mensaje nuestra “Evita desmejorada”. Sin tener en cuanta que al elogiar públicamente los objetivos del victorioso Obama, la gente puede inquietarse y exigirle de forma civilizada (hasta el momento de la represión policial), que sería una buena opción comenzar a imitar algunas de esas supuestas cualidades del negro que le resultan tan impactantes. También puede que sea pedir mucho.
En fin, ahora ya sabemos quien es el próximo que, seguramente, va a meternos las manos en los bolsillos mientras se fuma un puro y se ríe en nuestra propia cara.
Magalí Perez Maza

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