
Era el comienzo de 1900, el mundo estaba envuelto en los rápidos avances de la tecnología y de la ciencia, y la era del ferrocarril se había convertido en una realidad.
En plena etapa de desarrollo, el país recibía el nuevo siglo de pie, con Julio Argentino Roca como presidente de la Republica por segunda vez.
Por aquellos días la práctica de deportes en tiempos de ocio era cada vez más común. Entre esas disciplinas se encontraba el fútbol.
Era moneda corriente después de la jornada laboral ver partidos entre los trabajadores criollos contra equipos integrados en su mayoría por ingleses y con el tiempo estos jóvenes superon a sus “maestros” ingleses.
Pero hacía falta la creación de una institución que fuera pura y exclusivamente de fútbol. Fue así como un grupo de veintidós jóvenes encabezados por los hermanos Arturo y Zenón Artola decidieron fundar un “Club de fútbol”.
Las diferencias no tardaron en llegar y se terminaron dividiendo en dos grupos, por un lado “Colorados Unidos del Sud” (eran los disidentes) y por el otro lado quedó “Barracas al Sud”.
Esta decisión de emprender cada uno su camino no fue fructífera, ambos equipos volaban bajo, no podían levantar cabeza y fue por eso que el acercamiento entre ambos bandos no tardo en llegar.
El calor de las tardes de marzo de 1903 hacia que las tardes sean agobiantes, fue por eso que la reunión se pacto para la noche.
La amistad reinaba nuevamente entre los jóvenes y se juraron unir fuerzas para crear un club “grande”, estaba todo listo para que aquella noche del 25 de marzo de 1903 fuera única.
La elección del nombre fue todo un tema, dado que ninguno quería repetir el nombre de las entidades anteriores. Querían algo ingenioso, que sonara bien, que pegara fuerte y llamara la atención. Entonces, Germán Vidaillac, mostró una revista francesa de automovilismo y en su portada anunciaba una victoria con la palabra RACING.
Los muchachos aprobaron el nombre con unanimidad y a partir de ese momento nació el RACING FOOT BALL CLUB.
Era evidente que había que conseguir un predio donde los hinchas de Racing pudieran ver a su equipo con total comodidad. Fue así que se le otorgó en concesión el predio de la calle Colón y Alsina y fue ahí donde se levanto la primera casa del club y es el mismo terreno en donde hoy en día esta el gran estadio Presidente Juan Domingo Perón.
Racing Club estaba de pie, y comenzaba a dar sus primeros pasos firmes.
Luego de tener la casaca toda blanca, paso a ser negra y amarilla, después fue rosa y celeste y finalmente en 1910 adquirió los colores celeste y blanco, para nunca más abandonar.
Racing comenzó a ganar y ganar, demostrando que el equipo era casi invencible en su casa y cada vez se consolidaba más económica y socialmente.
Con semejante crecimiento los éxitos no tardaron en aparecer y fue así que la entidad recibió el apodo de “La Academia” luego de conseguir de manera consecutiva los títulos desde 1913 hasta 1919 (record) y además los de 1921 y 1925. Eran los tiempos de Ohaco, perinetti, Oyarzábal y el de Pedro Ochoa entre otros, quienes desplegaban un fútbol que daba cátedra.
Las primeras desazones llegaron en el profesionalismo, recién en 1949 logro conseguir el primer título profesional, pero se desquitó obteniendo consecutivamente el del 1950 y 51 (siendo el primer tricampeón del fútbol argentino) y otro más en 1961.
Pero el momento de más esplendor fue en el 66/67, donde dirigido por José pizzuti ganó todo. En 1966 se alzó con el título nacional y en 1967 obtuvo la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental, luego de vencer al Celtic de Escocia con aquel recordado golazo del “Chango” Cárdenas.
Ese recordado equipo conocido como “El equipo de José” contaba con figuras como Alfió “Coco” Basile, Rubén “Panadero” Díaz, Agustín Cejas, Humberto “Bocha” Maschio, Perfumo, Cardenas, entre otros…
A partir de ese momento se creyó que Racing se podría mantener en el primer plano mundial. Pero no fue así, las gestiones de los años siguientes no fueron buenas, y con el pasar de los años las consecuencias se empezaron a notar y la situación del club empeoró hasta la década del 80 donde se toco fondo.
El glorioso Racing Club de Avellaneda perdió la categoría en 1983, y debió jugar dos años en la “B”. El tan ansiado ascenso llego en el 85 luego de vencer en la final a Atlanta.
Con un gran impulso anímico por el ascenso, lograron hacer campañas aceptables y pudieron mantener la categoría.
La mayor alegría de la década llego en el 88, de la mano del “Coco” Basile, pero esta vez como entrenador. Con un plantel lleno de nombres como Colombatti, Costas, Rubén Paz, Fillol, Fabbri, aquel equipo se alzó con la Supercopa, cuando venció como local por 2 a 1 al Cruzeiro, y logró empatar 1 a 1 en tierras brasileñas. Luego de 22 años el pueblo racinguista volvía a gritar campeón.
Pero los títulos en el ámbito nacional seguían sin aparecer y la década del 90 no iba a ser la excepción. Al contrario, “La Academia” sufrió penurias por graves problemas financieros, con políticos incompetentes al mando del club, Racing empezó un descenso institucional.
El mundo racinguista se vino abajo cuando el por entonces presidente Daniel Lalín a fines del 98 presentó la quiebra, ya que el club contaba con una deuda de 66 millones de dólares.
Por tal motivo el caso quedó a cargo del juez Enrique Gorostegui y club pasó a manos de la sindico Liliana Ripoll, quien a principios del 99 pronunció las tan recordadas palabras: “Racing Club asociación civil a dejado de existir”.
Estas palabras convulsionaron al país entero, Racing dejaba de existir y por eso no podía competir en el campeonato.
En la primera fecha del clausura 99 debía enfrentar a Talleres de Córdoba como local, pero debido a que Racing no existía el encuentro no se llevo a cabo, de igual manera las puertas del estadio se abrieron y el “Cilindro” se llenó con más de 40 mil personas cantando por un club que ya no existía.
Luego de marchas multitudinarias el caso llegó al Congreso donde se trato y se le otorgó un permiso especial para poder jugar. A la fecha siguiente una caravana de 20 mil personas emprendió viaje para Rosario, donde como el ave Fénix, Racing resurgiría de sus cenizas.
Entre caídas y levantas, con desempeños mediocres en lo futbolístico, y con un juez y una síndico (que nada sabían de manejar un club) al mando de la institución, Racing logro llegar al nuevo milenio vivo.
El cambio de siglo le trajo una brisa de aire nuevo a la institución, se propuso la intervención de una empresa y Racing fue el primer Club gerenciado de la Argentina, la salvación a todos los problemas había llegado.
Con un nuevo proyecto Racing empezó de a poco a levantar cabeza y en el torneo Apertura 2001 llegó lo tan ansiado. Para ese campeonato llegaron refuerzos de jerarquía como Gustavo Barros Schelotto, Gabriel Loeschbor, Gerardo Bedoya, Gustavo Campagnuolo. A su vez ya contaba con jugadores con un inmenso amor por la camiseta como son Claudio Ubeda, Adrián Bastia, José Chatruc y Diego Milito entre otros.
Ese equipo se caracterizo por el amor propio y la entrega dentro de la cancha, y fue así que paso a paso rompieron el maleficio de 35 años, y aquel recordado 27 de Diciembre del 2001 Racing volvió a gritar Campeón por séptima vez en su historia.
El encargado de hacer realidad el sueño racinguista, fue una persona que hoy está inmortalizada en una estatua, Reinaldo “Mostaza” Merlo.
Parecía que de la mano de la gerenciadora todos los problemas de Racing se habían solucionado, se había alcanzado la gloria y se pensó que ya nunca más se iba a volver a caer, pero como es el mundo de Racing esto no fue así.
El proyecto de gerenciar al club fue un desastre, además de la crisis política en la administración se vendieron promesas juveniles a muy bajo costo. Racing volvió a caer.
Tanto cayo, que el fantasma del descenso volvió a rondar Avellaneda y al finalizar el Clausura 07/08 Racing debió defender la categoría contra un Belgrano de Córdoba en la “Promoción”.
Con un empate en las sierras y una victoria en el “Cilindro” pudo mantener la categoría, pero esta situación dejo un saldo positivo, el fin de la gerenciadora.
Hoy en día “La Academia” esta resucitando nuevamente, un aire de alivio ronda Avellaneda, y promesas de bienestar inundan la institución. La reorganización esta llegando y a principios del 2009 y luego de 10 años, el pueblo albiceleste volverá a elegir a sus gobernantes.
Con una gran adhesión de hinchas seguidores a pesar tantas frustraciones, las ilusiones se renuevan cada año, y esta vez y para siempre Racing va a renacer para nunca más volver a caer.
En plena etapa de desarrollo, el país recibía el nuevo siglo de pie, con Julio Argentino Roca como presidente de la Republica por segunda vez.
Por aquellos días la práctica de deportes en tiempos de ocio era cada vez más común. Entre esas disciplinas se encontraba el fútbol.
Era moneda corriente después de la jornada laboral ver partidos entre los trabajadores criollos contra equipos integrados en su mayoría por ingleses y con el tiempo estos jóvenes superon a sus “maestros” ingleses.
Pero hacía falta la creación de una institución que fuera pura y exclusivamente de fútbol. Fue así como un grupo de veintidós jóvenes encabezados por los hermanos Arturo y Zenón Artola decidieron fundar un “Club de fútbol”.
Las diferencias no tardaron en llegar y se terminaron dividiendo en dos grupos, por un lado “Colorados Unidos del Sud” (eran los disidentes) y por el otro lado quedó “Barracas al Sud”.
Esta decisión de emprender cada uno su camino no fue fructífera, ambos equipos volaban bajo, no podían levantar cabeza y fue por eso que el acercamiento entre ambos bandos no tardo en llegar.
El calor de las tardes de marzo de 1903 hacia que las tardes sean agobiantes, fue por eso que la reunión se pacto para la noche.
La amistad reinaba nuevamente entre los jóvenes y se juraron unir fuerzas para crear un club “grande”, estaba todo listo para que aquella noche del 25 de marzo de 1903 fuera única.
La elección del nombre fue todo un tema, dado que ninguno quería repetir el nombre de las entidades anteriores. Querían algo ingenioso, que sonara bien, que pegara fuerte y llamara la atención. Entonces, Germán Vidaillac, mostró una revista francesa de automovilismo y en su portada anunciaba una victoria con la palabra RACING.
Los muchachos aprobaron el nombre con unanimidad y a partir de ese momento nació el RACING FOOT BALL CLUB.
Era evidente que había que conseguir un predio donde los hinchas de Racing pudieran ver a su equipo con total comodidad. Fue así que se le otorgó en concesión el predio de la calle Colón y Alsina y fue ahí donde se levanto la primera casa del club y es el mismo terreno en donde hoy en día esta el gran estadio Presidente Juan Domingo Perón.
Racing Club estaba de pie, y comenzaba a dar sus primeros pasos firmes.
Luego de tener la casaca toda blanca, paso a ser negra y amarilla, después fue rosa y celeste y finalmente en 1910 adquirió los colores celeste y blanco, para nunca más abandonar.
Racing comenzó a ganar y ganar, demostrando que el equipo era casi invencible en su casa y cada vez se consolidaba más económica y socialmente.
Con semejante crecimiento los éxitos no tardaron en aparecer y fue así que la entidad recibió el apodo de “La Academia” luego de conseguir de manera consecutiva los títulos desde 1913 hasta 1919 (record) y además los de 1921 y 1925. Eran los tiempos de Ohaco, perinetti, Oyarzábal y el de Pedro Ochoa entre otros, quienes desplegaban un fútbol que daba cátedra.
Las primeras desazones llegaron en el profesionalismo, recién en 1949 logro conseguir el primer título profesional, pero se desquitó obteniendo consecutivamente el del 1950 y 51 (siendo el primer tricampeón del fútbol argentino) y otro más en 1961.
Pero el momento de más esplendor fue en el 66/67, donde dirigido por José pizzuti ganó todo. En 1966 se alzó con el título nacional y en 1967 obtuvo la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental, luego de vencer al Celtic de Escocia con aquel recordado golazo del “Chango” Cárdenas.
Ese recordado equipo conocido como “El equipo de José” contaba con figuras como Alfió “Coco” Basile, Rubén “Panadero” Díaz, Agustín Cejas, Humberto “Bocha” Maschio, Perfumo, Cardenas, entre otros…
A partir de ese momento se creyó que Racing se podría mantener en el primer plano mundial. Pero no fue así, las gestiones de los años siguientes no fueron buenas, y con el pasar de los años las consecuencias se empezaron a notar y la situación del club empeoró hasta la década del 80 donde se toco fondo.
El glorioso Racing Club de Avellaneda perdió la categoría en 1983, y debió jugar dos años en la “B”. El tan ansiado ascenso llego en el 85 luego de vencer en la final a Atlanta.
Con un gran impulso anímico por el ascenso, lograron hacer campañas aceptables y pudieron mantener la categoría.
La mayor alegría de la década llego en el 88, de la mano del “Coco” Basile, pero esta vez como entrenador. Con un plantel lleno de nombres como Colombatti, Costas, Rubén Paz, Fillol, Fabbri, aquel equipo se alzó con la Supercopa, cuando venció como local por 2 a 1 al Cruzeiro, y logró empatar 1 a 1 en tierras brasileñas. Luego de 22 años el pueblo racinguista volvía a gritar campeón.
Pero los títulos en el ámbito nacional seguían sin aparecer y la década del 90 no iba a ser la excepción. Al contrario, “La Academia” sufrió penurias por graves problemas financieros, con políticos incompetentes al mando del club, Racing empezó un descenso institucional.
El mundo racinguista se vino abajo cuando el por entonces presidente Daniel Lalín a fines del 98 presentó la quiebra, ya que el club contaba con una deuda de 66 millones de dólares.
Por tal motivo el caso quedó a cargo del juez Enrique Gorostegui y club pasó a manos de la sindico Liliana Ripoll, quien a principios del 99 pronunció las tan recordadas palabras: “Racing Club asociación civil a dejado de existir”.
Estas palabras convulsionaron al país entero, Racing dejaba de existir y por eso no podía competir en el campeonato.
En la primera fecha del clausura 99 debía enfrentar a Talleres de Córdoba como local, pero debido a que Racing no existía el encuentro no se llevo a cabo, de igual manera las puertas del estadio se abrieron y el “Cilindro” se llenó con más de 40 mil personas cantando por un club que ya no existía.
Luego de marchas multitudinarias el caso llegó al Congreso donde se trato y se le otorgó un permiso especial para poder jugar. A la fecha siguiente una caravana de 20 mil personas emprendió viaje para Rosario, donde como el ave Fénix, Racing resurgiría de sus cenizas.
Entre caídas y levantas, con desempeños mediocres en lo futbolístico, y con un juez y una síndico (que nada sabían de manejar un club) al mando de la institución, Racing logro llegar al nuevo milenio vivo.
El cambio de siglo le trajo una brisa de aire nuevo a la institución, se propuso la intervención de una empresa y Racing fue el primer Club gerenciado de la Argentina, la salvación a todos los problemas había llegado.
Con un nuevo proyecto Racing empezó de a poco a levantar cabeza y en el torneo Apertura 2001 llegó lo tan ansiado. Para ese campeonato llegaron refuerzos de jerarquía como Gustavo Barros Schelotto, Gabriel Loeschbor, Gerardo Bedoya, Gustavo Campagnuolo. A su vez ya contaba con jugadores con un inmenso amor por la camiseta como son Claudio Ubeda, Adrián Bastia, José Chatruc y Diego Milito entre otros.
Ese equipo se caracterizo por el amor propio y la entrega dentro de la cancha, y fue así que paso a paso rompieron el maleficio de 35 años, y aquel recordado 27 de Diciembre del 2001 Racing volvió a gritar Campeón por séptima vez en su historia.
El encargado de hacer realidad el sueño racinguista, fue una persona que hoy está inmortalizada en una estatua, Reinaldo “Mostaza” Merlo.
Parecía que de la mano de la gerenciadora todos los problemas de Racing se habían solucionado, se había alcanzado la gloria y se pensó que ya nunca más se iba a volver a caer, pero como es el mundo de Racing esto no fue así.
El proyecto de gerenciar al club fue un desastre, además de la crisis política en la administración se vendieron promesas juveniles a muy bajo costo. Racing volvió a caer.
Tanto cayo, que el fantasma del descenso volvió a rondar Avellaneda y al finalizar el Clausura 07/08 Racing debió defender la categoría contra un Belgrano de Córdoba en la “Promoción”.
Con un empate en las sierras y una victoria en el “Cilindro” pudo mantener la categoría, pero esta situación dejo un saldo positivo, el fin de la gerenciadora.
Hoy en día “La Academia” esta resucitando nuevamente, un aire de alivio ronda Avellaneda, y promesas de bienestar inundan la institución. La reorganización esta llegando y a principios del 2009 y luego de 10 años, el pueblo albiceleste volverá a elegir a sus gobernantes.
Con una gran adhesión de hinchas seguidores a pesar tantas frustraciones, las ilusiones se renuevan cada año, y esta vez y para siempre Racing va a renacer para nunca más volver a caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario